El Capital Humano – Parte I
- Juan Esteban Reyes
- 10 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago
A comienzos del año 2019 nos planteamos un camino diferente como compañía Fintech y fue la de llegar a punto de equilibrio en un periodo no mayor a 18 meses. Ese crecimiento lo teníamos que sustentar bajo una premisa ser sostenibles a través de una cartera sana, eficiente y rentable. Como compañía, decidimos que crecer a cualquier costo (bien sea en precio de producto o colocación exagerada) no era sensato. Por tanto, este objetivo nos obligó
a explorar nuevas rutas en todos los procesos cruciales de la compañía, especialmente en el proceso de originación. Sin entrar en mucho detalle, la anterior búsqueda planteo 3 grandes frentes de trabajo (o al menos así lo pensé en su momento): producto, caja y mercado.

En agosto del año pasado, ya recorridos 6 meses de operación, los resultados no eran los esperados. La evidencia era clara en cuanto a la perdida mensual en caja esperada. Adicionalmente, había un cierto descontento en el equipo. Al analizar los 3 frentes mencionados, era claro que había avances importantes en cuanto a producto, el manejo de la caja y el conocimiento de mercado.
En cierta medida habíamos realizado nuestro trabajo, pero los resultados no se estaban viendo reflejados. Por otro lado, la rotación de personal era alta debido al ambiente que se manejaba y por cierta disposición que tiendo a mostrar en momentos de tensión. En conclusión, mis estrategias se habían agotado. En este momento, uno de los miembros de junta me recomendó un coach empresarial, su nombre es Alberto Aguirre, el cual trabaja bajo un modelo de autodesempeño denominado “Science of Happiness At Work”. Este modelo me llamó la atención porque partía de un diagnostico individual del equipo y no quitaba la responsabilidad individual en el proceso. Es decir,
este modelo se fundamenta en la auto resiliencia. La tesis central de este modelo es que como individuos no nos edificamos solos, sin embargo, cada uno tiene que poner su respectivo modo. Esto resonó mucho con mi filosofía de negocios y decidí apostarle a algo diferente.

La decisión de invertir en un coach no fue fácil porque no lo tenía presupuestado y estaba muy sesgado por los frentes que me propuse (producto, caja y mercado) que no lo vi como una necesidad. En esencia, me pasó algo que siempre he intentado batallar: como lo único que sé manejar es el martillo, todos los problemas los empecé a ver como puntillas. Es decir, pensé que la solución estaba en alguno de los 3 frentes planteados y realmente la solución no era por ahí. El proceso de coaching empezó en agosto y duro aproximadamente dos (2) meses. Este proceso le sirvió a cada miembro del equipo a nivel personal.
El detalle del modelo, las conclusiones y sus aprendizajes lo publicaré en la segunda etapa de este post. Lo único que les compartir es que como equipo cambiamos de mentalidad, nos dimos cuenta de que teníamos que poner el modo y que es responsabilidad de todos crecer a nivel individual y como equipo. El secreto es la gente y que cada persona sea consciente de su potencial y de la importancia que esto tiene en los demás. Esta autoconciencia genera un influjo colectivo en el día a día que no solo triplico la cartera de gulungo en un lapso de 3 meses, sino que genero un ambiente de trabajo sano.
Hoy es febrero del año 2020 y me da gustó decir que logramos dejar la perdida mensual o “burn rate” en un solo digito en enero. Es decir, Gulungo dará punto de equilibrio en los próximos dos meses con toda seguridad. En retrospectiva, no cumplimos el objetivo a través de los frentes planteados de producto, caja ó mercado. Lo hicimos invirtiendo en la gente y entendiendo que si ellos crecen como como persona a través de su día a día, la
compañía va a gravitar hacia lo mismo. La compañía son las personas. Finalmente, les aconsejo que tengan un enfoque diferente al momento de invertir en las personas. La inversión tiene que tener un componente más profundo que el “home office”, permisos especiales o trabajo remoto. La verdadera inversión es en el desarrollo humano, en sus miedos y en sus convicciones. Esto lo detallaré en el próximo post.
P.D.
… “Two roads diverged in a wood, and I— I took the one less traveled by, and that has made all the difference”
Robert Frost
The Road Not Taken

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